Las imágenes fueron contundentes en distintos puntos del país: los bancos se vieron desbordados por el aluvión de gente que se presentó a cobrar sus jubilaciones. La población más vulnerable frente al coronavirus salió hoy a las calles ante la apertura de los bancos para poder retirar sus haberes.
Sin embargo, la situación es un agravante en medio de la pandemia. Se sumaron voces críticas por la manera en que se dispuso la reapertura de los bancos. El titular de la Asociación Bancaria a nivel nacional Sergio Palazzo reconoció el problema y advirtió que puede agravarse cuando se empiece a pagar el subsidio de $ 10.000 a millones de argentinos.
"A partir del 15 de abril se van a empezar a pagar los $10.000 correspondientes al ingreso familiar de emergencia -precisó Palazzo-. Hay que ser prudente y no largar millones de personas a la calle de vuelta. Si mandamos mucha gente a la calle el mismo día es un problema ", agregó.
El beneficio anunciado por la Anses tendrá como beneficiarios a monotributistas, trabajadores informales y empleadas domésticas. Se trata de un ingreso de $10.000 que intenta compensar el trabajo perdido en los días de cuarentena. Según datos oficiales se inscribieron más de 11 millones de personas para recibir ese dinero. Anses anunció que cruzará los datos para depurar personas que no cumplen con los requisitos para cobrar el plan.
El dirigente bancario remarcó que una forma de descomprimir el caos de hoy sería que el Gobierno obligue a otros bancos a atender a los jubilados. "Hay que distribuir todas esas personas para que cobren. Hoy recae todo en la banca pública y solo cuatro bancos privados y hay otros bancos que no pagan nada -se quejó Palazzo-. Si tienen responsabilidad social, que la Anses le imponga que deben pagar. Se podrían sumar más de 4500 sucursales que hay en la Argentina", afirmó.